CUANDO UNO SIENTE QUE NO LO DA TODO EN LA BATALLA

En primer lugar pedir perdón por enésima al tardar tanto tiempo en volver a actualizar mi blog, pero hoy más que nunca tengo excusas convincentes. Después de correr en Gijón una incipiente faringitis me ha dejado K.O. durante varios días y solo me he levantado de la cama hoy para volver al trabajo.

La verdad que el día antes del viaje hacia Asturias ya estaba tocado, pero confiaba en que fueran meros síntomas: una noche un poco fría que no se solucionara con un buen abrigo o un buen tazón de leche calentita con miel.
La noche antes de la carrera dormí hasta con unas bragas en el cuello y unta tirita nasal para abrir mejor los orificios y soltar toda la “mocarrera” que llevaba encima y así poder conciliar mejor el sueño. Ni con esas.

No son excusas porque la verdadera causa de mi poco aceptable 54 posición fue que no lo di todo. Me traicioné a mi mismo. Hay van las causas:

Mi forma de correr es muy intuitiva, arriesgada, fugaz…como quieran llamarlo. Suelo salir muy rápido, en cabeza, dando la cara, cosa que siempre o casi siempre acabo pagando y termino las carreras agonizando. Pero es lo que siempre me ha ido bien.


En estas circunstancias, siendo un Cto. De España y viendo el nivel que allí había decidimos mi entrenador y yo salir reservones, ir controlando los primeros kilómetros y a partir de ahí ir remontando puestos e ir recogiendo cadáveres andantes que se hayan suicidado las primeras vueltas. Así lo hice. Tranquilidad los primeros kilómetros, ir poco a poco subiendo posiciones e ir entrando en barrena a menudo que las vueltas pasan,

Todo en orden pero cuando al paso por la 4 vuelta (eran 6) y decido tirar para adelante e ir recogiendo atletas, veo que es meramente imposible alcanzar a la gente.

Voy aumentando posiciones con lentitud pero cuando quiero acordar suena la campana y ya estamos a falta de 2km para finalizar. Total que los atletas crispados no aparecen (o los que aparecen no los veo ni los paso) y me pego una ultima vuelta que no adelanto a nadie y yo forzando la maquinaria a todo gas. Llego a meta y una sensación de haberme equivocado totalmente en el planteamiento. Llego cansado, pero no extenuado. Llego fatigado pero no agonizando. ¿Me falto algo? Sinceramente si. No me exprimí al máximo. Me faltó carrera, metros, tiempo, barro…

Tampoco quiero echarle la mayor parte de las culpas al planteamiento. Esto es un señor campeonato de España y aquí perdónenme la expresión, “hasta el mas tonto hace relojes de arena”. En pequeñas franjas de 30 segundos se meten 20 atletas por lo que adelantar es muy complicado pero que te adelanten es muy sencillo.

Es difícil explicar en pocas palabras lo vivido durante 12km o 40 minutos aproximadamente que duré en carrera pero no estoy satisfecho conmigo mismo. Seis meses de duro trabajo, cientos de doblajes mañaneros, miles de km, sesiones tortuosas inacabables, para sentirme así. Pero me quedo con esta frase: "Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos."

El año que viene volveremos y mejor. No les quepa la menor duda.

Próxima cita: Campeonato de España de 10km en ruta. Grao de Castellón (Castellón). Esta vez afeitado.